viernes, 17 de febrero de 2023

Brillo... (de la Serie: Impresionismo...)

Dicen que si observas las primeras pinturas de Renoir o Monet -grandes maestros de la pintura impresionista- y las comparas con las últimas, puedes ver un cambio importante en el brillo de los colores con los que, a su manera, veían la vida. ¿Qué significa? Pues, que su registro del mundo, esa manera vívida que al final plasmaban en sus maravillosas obras, paulatinamente fue perdiendo su brillo y esto, al momento de pintar, se refleja. 

La explicación  es simple: el tiempo no perdona, y los ojos -como todos los órganos del cuerpo- van perdiendo la capacidad de observar con el brillo de unos ojos jóvenes. 

Nos hacemos viejos completamente. 

Traigo el tema a colación porque recientemente viaje a un lugar del que ya les he hablado antes -denle click acá-: el majestuso estado mexicano de Chiapas. 

Un lugar al que siempre me gusta regresar; y es normal, finalmente uno regresa siempre a donde se siente agusto y lo tratan bien. 

Una de las tantas maravillas que tiene este lugar es la cantidad de tonalidades de verde que puedes ver en un solo lugar; verde por todos lados, incluidas las ciudades.

Por eso me preocupé -mucho- cuando saliendo del aeropuerto me encontré con una buena parte del paisaje de un color café que no me había tocado ver en los hermosos paisajes que recuerdo. Inmediatamente me vino a la mente que a mis ojos ya les estaba ocurriendo aquello que les platico al inicio de este post: el incontenible, irremediable, paso del tiempo...

De pronto pensar que, así de la nada, mis ojos estuvieran perdiendo su capacidad de observar el brillo de los colores o lo colores mismos, me aterró. Y no es que por mí no pase el tiempo, pero tampoco es como que el pasado soy yo. Así que esperé para -quizá- alcanzar a ver esos colores tan espectaculares...

Afortunadamente, para mi propio ánimo, los colores aparecieron, por todas partes menos en la salida del aeropuerto, y ya con más calma pude reflexionar sobre lo ocurrido: al final, querida lectora, querido lector, nunca había visitado Chiapas en invierno, sin lluvia; y eso es un factor importante. 

Así que mi percepción del mundo seguro ha cambiado, pero no tanto como para preocuparme, y el viaje me permitió medir un poco la temperatura social, visitar San Cristóbal de Las Casas y hacer un recorrido por el impresionante Cañón del Sumidero, del cual hice muchas tomas que pronto las subiré al canal

Todo bien.

---Alexred---