jueves, 1 de diciembre de 2022

Gajes del oficio... (de la serie Vuela, vuela...)

Viajar es una cosa maravillosa... 

Pero tiene a veces complicaciones raras.

Ya les he platicado lo afortunado que soy porque tengo un trabajo en el que viajo de manera constante (ver este link y este link), mismo que me ha permitido conocer buena parte del República Mexicana; también yo por mi parte he hecho viajes por mi cuenta y he tenido la oportunidad de ir a lugares increíbles.

Pero viajar representa riesgos que quizá se puedan asemejar a los que te enfrentas cuando te gusta la vida nocturna; esa que implica andar en la calle por placer, en la fiesta, en las horas nocturnas. 

En general cualquier cosa que sea salir de tu pueblo, cualquiera que este sea, significa riesgos.

Perderte, enfermarte, que te caiga mal la comida, por ejemplo. 

Viajar de trabajo, aunque suene, digamos, glamuroso (miren esta historia de un chilango en... vivo), en realidad implica varios inconvenientes: no dormir, viajar en domingo, dormir en aeropuertos, correr para no perder vuelos, viajas en carretera - y en México esto es altamente riesgoso, sobre todo de noche- mal comer -o de plano no comer-, no encontrar hotel decente; tener poco tiempo, entre otras linduras. 

A veces pasa que encuentras carreteras con casetas tomadas, con accidentes; o vuelos que vienen con horas de retaraso, sobrevendidos o, simplemente asientos súper incómodos; y aunque estas cosas pueden parecer dramáticas, en realidad son parte del encanto que tiene cada viaje y puede ser también muy divertido (¡ja! Miren).

Me ha tocado en aeropuertos, por ejemplo, perder conexiones, correr de un avión a otro por toda una terminal kilométrica porque la conexión solo te espera a ti para despegar; que la aerolínea por sus aguacates te cancele un vuelo. 

Hace poco llegue a las diez de la noche al aeropuerto en Tijuana -recordar que respecto del centro de México son dos horas menos- para tomar el avión a las 2 de la mañana -hora de TJ- y llegar a mi destino en un vuelo de 3 horas. Hagamos cuentas: en el resto del mundo... bueno de casi todo México, mi vuelo salía a las 4 de la mañana y llegaría a mi destino a las 7:30 de la mañana, más o menos. 

Generalmente tengo sueño pesado y los vuelos no me lo espantan, así que una vez que me subí al avión caí en la profundidad de los brazos de morfeo -la verdad es que no pude dormir durante la espera y mientras, edité este video- el caso es que cuando desperté estaba cargando gas en... ¡Huatulco! 

Miren, me había pasado en el metro de la CDMX que por dormirme le di dos vueltas a la línea tres (la verde) y en otra ocasión, otras dos a la uno (la rosa); es más, una vez me subí en el camión que va para Ciudad Universitaria (la UNAM) y desperté en el Cerro del Tesoro... pero ¿Huatulco? es un exceso. 

Total que un vuelo de tres horas se convirtió en uno de seis y media. Gajes del oficio. 

En otra ocasión perdí un vuelo en un viaje de tres ciudades en tres días; solo llegué a dos ciudades. Pero estuvo complicado, la verdad es que aunque suene a pretexto, ese vuelo lo perdimos como cuarenta personas -no exagero- que llegamos tan solo diez minutos antes de la hora programada para partir, no para abordar, por un problema de tráfico intensísimo e inusual. 

La gente estaba enardecida, con la clara intención de dar portazo, aun cuando ya nos habían asegurado que el vuelo ya había partido. Bueno, de plano, un masiosare aprovechó un descuido y se echó a correr hacia las pistas, porque, no sé en otros lugares, pero en México todavía hay aeropuertos que te bajan en  un lado de la pista... y a caminar a la estación -en serio, como Mauricio Garcés en película de los sesentas-. 

No me quedé a investigar como le fue, pero estoy seguro que sí eso lo hubiera hecho en un aeropuerto gabacho, hasta de terrorismo lo acusan. 

Permítanme insistir: gajes del oficio. 

En fin, me pongo a recordar esto justo en un viaje de esos en los que pasan cosas raras: estoy sentado en una cafetería en una terminal áerea que parece de autobús, esperando el vuelo que sale de madrugada, recibí noticias personales buenas y me preparo para una larga noche...

Les digo...

Y ustedes queridas y estimados lectoribiebers, ¿cómo les va cuando viajan?

---Alexred---

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